martes, 17 de enero de 2012


Las ruinas del Templo Mayor constituyen los restos de la gran Tenochtitlan, capital de los aztecas, ciudad de maravillosos palacios, grandes templos, refinamiento y riqueza, sobre la cual los españoles construyeron la actual Ciudad de México. Esta zona arqueológica fue descubierta en la segunda mitad del siglo XX, durante las obras de construcción del metro de la Ciudad de México, desde entonces se realizan importantes investigaciones que están permitiendo conocer de manera más precisa el Imperio Azteca que en sus épocas de esplendor abarcara desde el centro-norte de México hasta parte de Centroamérica.
Debido a que a la llegada de los conquistadores éstos empezaron a destruir sistemáticamente los principales templos de los pueblos prehispánicos, para construir con esas piedras las grandes iglesias y palacios de la ciudad, el Templo Mayor de Tenochtitlan fue severamente dañado, pero en la actualidad han quedado al descubierto las capas más antiguas de la pirámide donde se ha encontrado un sinnúmero de tesoros prehispánicos provenientes de gran parte de América como lo son: cuchillos de obsidiana, esculturas mayas, pelotas de hule sólido, máscaras de jade y turquesa, vasijas de barro pintado, estatuillas y algunas joyas de oro provenientes de Oaxaca. Aun hoy día con día se siguen revelando grandes conocimientos y descubriendo nuevos objetos, mismos que pueden ser observados en el Museo del Templo Mayor ubicado junto al sitio.
El Templo Mayor se encuentra en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México, a un costado de la Catedral Metropolitana.




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