El divorcio proviene de Grecia. En esta época las principales causas de éste eran el adulterio por cualquiera de los dos cónyuges, pero si era adulterio pro parte de la mujer era sentenciado con muerte, otra causa era la muerte, cuando uno de los dos moría, el otro estaba totalmente en su derecho de poder volver a casarse; en cambio en Roma si las mujeres querían divorciarse de el hombre, podían abandonarlos sin razón alguna. Un matrimonio se divorcia cuando los integrantes de la pareja deciden que ya no pueden continuar viviendo juntos y no quieren seguir estando casados. Acuerdan firmar ciertos papeles con validez legal que les permiten volver a ser solteros y casarse con otras personas si lo desean.
Aunque esto puede parecer sencillo, no resulta fácil para una pareja decidir ponerle fin a su matrimonio. A menudo, antes de decidir divorciarse, se toman un largo tiempo para intentar resolver los problemas que existen. Sin embargo, en ocasiones, no pueden resolver esos problemas y deciden que el divorcio es la mejor solución.
En ciertos casos, ambos padres desean divorciarse; en otros, sólo uno lo desea. Por lo general, ambos se sienten desilusionados porque su matrimonio no duró para siempre, incluso cuando uno de ellos desee divorciarse más que el otro.
Muchos niños no desean que sus padres se divorcien. Algunos niños tienen sentimientos encontrados acerca del tema, en especial cuando saben que sus padres no eran felices juntos. Algunos niños pueden llegar incluso a sentirse aliviados cuando sus padres se divorcian, en especial si ellos se peleaban mucho cuando estaban casados.
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